Con todos sus compañeros detrás, el capitán Lionel Messi fue el encargado de tomar
el micrófono y anunciar a los medios presentes que a partir de este momento no tendrán más contacto con la prensa. La decisión de "dar la cara", según el rosarino, fue porque un "comunicado es más frío y no nos tenemos que esconder de nada".
"Estamos acá para comunicarles que hemos tomado la decisión de no hablar más con la prensa, obviamente ustedes deben saber por qué", inició su corto discurso el líder del equipo nacional en la pequeña sala de conferencia de prensa del Estadio Bicentenario de San Juan que albergó el triunfo 3-0 sobre Colombia por las Eliminatorias Sudamericanas.
El motivo principal de esa decisión se centró en la acusación en las últimas horas que recayó sobre Ezequiel Lavezzi. "Recibimos muchas acusaciones, muchas faltas de respeto y nunca dijimos nada. Pero creo que esto sobrepasa todo: la acusación que le hicieron al Pocho es muy grave", sentenció.
Messi advirtió que "si no salimos a decir nada, la gente compra lo que se dice y preferimos cortar esto de una vez". Horas antes del partido, un periodista dijo que Lavezzi quedó afuera de la convocatoria del banco de suplentes por haber fumado marihuana.
"Lamentamos mucho que tenga que ser así, pero no nos queda otra", dijo, y justificó de ese modo la drástica determinación del combinado albiceleste.
Messi recordó que en el pasado ya existieron denuncias de este estilo. "Pueden opinar si jugamos bien o mal, pero meterse en la vida personal de uno y hacer acusaciones de este tipo es muy grave. No es la primera vez, pero si no lo cortábamos hoy no lo cortamos más", explicó.
"No vamos a entrar en el juego. Nos van a seguir matando, nos van a seguir diciendo un millón de cosas, pero nosotros no vamos a ser partícipes de eso", subrayó antes de despedirse y encabezar la salida de todo el plantel.
La última vez que había ocurrido un hecho de estas características en la Selección fue en 1998, cuando el plantel tomó una medida similar por las críticas recibidas.