Deporte

El trágico final

"El fútbol es lo único que me hace feliz", rezó el perfil de su cuenta personal en la red social Twitter
. El Futsal, un deporte todavía ubicado en las sombras de la escena pública, se había convertido en un estilo de vida para Matías Kruger. Se había consolidado como su herramienta para dar el salto al fútbol europeo, pero todavía no le daba las garantías suficientes como para poder dedicarse de lleno a esa actividad.
 
Para poder llegar a fin de mes, el joven de 24 años debía repartir su tiempo entre los entrenamientos vespertinos con su club Boca Juniors, los cuales finalizaban a las 22 horas, y su trabajo como operario de refacciones en los talleres de la Línea H del subte, donde debía acudir poco después en la madrugada.
Sin embargo, lo que en un principio pareció ser una herramienta para la subsistencia se terminó de confirmar como la trampa mortal que terminó con la vida de Kruger de la manera menos esperada. Cerca de las 2:30 de la madrugada, el joven futbolista intentaba corregir deficiencias en un sistema de aire acondicionado y falleció electrocutado al tocar un cable que nunca debió tener corriente.
 
"Es un shock para todos los del equipo. Pensar que ayer a las 22, a la noche, terminamos todos de entrenar juntos y hoy nos despertamos con esta noticia. Es algo muy duro", reveló en declaraciones a TyC Sports Hernán Garcías, el DT de Futsal de Boca, equipo con el que el propio Kruger se encontraba en medio de la final de la liga local contra Kimberley.
 
boca jrs

esmeraldo joyas

  • f9273b95-3c23-4750-9b45-d6568f086f98.jpg