Un vecino vio a la nena durmiendo junto a la bicicleta del captor Carlos Savanz en Luján y llamó al 911. Habían pasado casi 72 horas de su desaparición. Al llegar al lugar una agente se apresuró y fue el encuentro de la niña, que estaba vestida con una remera grande color negra y un par de zapatillas de lona, cuando la temperatura estaba por debajo de los 10 grados. Se sacó su campera para abrigar a Maia y la tomó en brazos.